Devola Nier

Nombre: Devola Nier

Edad: 17

Sexo: Femenino

Hobbies: Tocar la lira y cantar

Aldea: Kumogakure

Rango: Estudiante

Clan: Shouton

Naturaleza de chakra: Fuuton

Descripción física: Pelirroja, con el pelo ondulado y mas corto que el de su hermana. De tes clara y tiene los ojos verdes. Tiene puesto un corsé y un pantalón que llega hasta el tobillo agarrado por una tela negra, el corsé y el pantalón son color carmesí, el pantalón lleva una abertura a los costados. Es un poco alta para su edad y aun así utiliza zapatos con tacón. Lleva puesto un delantal blanco y encima de el lleva unas mangas oscuras las cuales están abiertas por dentro. Son las más jóvenes de su clan.

Descripción psicológica: Tranquila y alegre, le gusta pasar el tiempo tocando la lira escondida de la gente. Le molesta que le pidan favores, que le toquen el cabello y no le gusta mucho el contacto físico. No habla mucho y no le gusta tratar con la gente, es algo terca y solo ayuda o hace las cosas cuando su hermana se lo pide. Mas lenta fuerte y pesada que Popola, aguanta bien los golpes.Detesta el ruido por eso siempre busca lugares silenciosos y le gusta la compañía de su hermana pues es igual de calmada.

Historia: Naciadas en Kumogakure, de padres provenientes de un lugar diferente, su destino era cuidar de una reliquia familiar, de la cual obtuvieron sus nombres: "Devolapopola". Desde pequeñas las educaron en casa, y las entrenaron para proteger la reliquia y por lo mismo hicieron que desarrollaran habilidades diferentes. Mientras que a Popola la criaba su madre, Devola fue criada por su padre, quien era muy estricto y duro con ella. Fue sometida a un entrenamiento difícil y cansado para una niña de su edad. Para quitarse todo el estrés que su padre le causaba iba a lugares tranquilos y se ponía a cantar, volviendo esto un habito. Un día, su hermana la escucho cantando, su madre estaba ahí y se dio cuenta que sonreía, se molesto al darse cuenta que la prefería a ella. Esto le preocupo un poco pues pensó que podría perder a la única persona que la entendía. Al ir creciendo, fue distanciándose de la gente y volviéndose amargada pero siempre con una mirada tranquila en el rostro para su hermana. A los quince años se les obsequio un bastón a cada una y les fue revelada la información de la reliquia. Después de esto se les consideraba como adultas y empezaron a distanciarse de su familia. Debido a que nunca habían estado solas, casi nunca se separaron, y aunque no siempre pudieron expresarse con palabras les bastaba con una mirada para entenderse.