Casa de Ryoukai

Ryoukai entro en su casa. Se dirigió hacia la habitación mientras pensaba en las ganas que tenía de hacer el examen de Gennin.

-Por fin… al fin seré un ninja.

Se acostó pensando en ello, quedándose profundamente dormido por los esfuerzos del día.

Era por la mañana cuando los ojos de Ryoukai se volvieron a abrir. Había dormido muy placidamente, peor ahora se encontraba muy estresado. Llevaba tanto tiempo esperando hacer el examen que jamás se había planteado si este seria difícil.

-¡¡Bah!! ¡¿Qué chorradas estoy pensando?! ¡¡Seguro que lo paso, vamos allá!!

Dicho esto salio de su casa, mientras el vecino de al lado volvía a quejarse del chico tan ruidoso que vivía en esa casa.

Ryoukai llego a su casa, con un buen humor exaltante. Entro, cerrando la puerta con un pie al pasar, y nada mas estar dentro se puso a saltar y a dar voces, diciendo continuamente que por fin lo había conseguido. El vecino de al lado al cabo de un minuto de constantes berridos acabo por gritarle desde su casa.

-¡¡Para de una vez, así no se puede vivir, niñato!!

-¡¡Calla, viejo, ahora hablas con un Ninja de la villa!!

-¡¿Ninja!? ¡¿Tu?! ¡¡Joder, cada vez entran más ineptos a ese puesto!!

-¡¡Me tienes envidia porque tu trabajo de pescadero es un coñazo!!

Así se pasaron varios minutos, hasta que el anciano hombre decidió ignorar al chico. Ryoukai entonces se dirigió hacia su cama, para descansar un poco tras aquel agotador día. Antes de dormirse decidió coger el viejo baúl que tenia debajo de la cama. En aquel baúl estaban las pertenencias de su anciana madre. En el momento en el cual abrió el baúl algo muy extraño le sucedió. Fue como si un cúmulo de imágenes se le sucedieran en la mente.

-¿Qué…?...

Acababa de recordar una parte de su infancia. Trataba sobre un objeto que su madre le había dejado en aquella misma casa. Ella lo había depositado debajo de una tabla en el pasillo de la casa, y después le había mirado a los ojos y le había dicho:

-Hijo, esto es para cuando seas un Ninja. Lo recordaras el día que te nombre Gennin, así funciona el sello que te voy a realizar. Siento no decirte más que estas palabras, pues seguro que cuando se rompa el sello las recordaras y querrás saber más cosas. Solo te puedo decir que lamento mucho no poder estar contigo mientras crezcas, no me guardes rencor.

El la miraba, con los ojos llenos de lágrimas. Lloraba por algo, por una situación, pero no es capaz de recordarla. Se imaginaba que seria por la despedida de su madre, pero intuía que había algo mas escondido en esta despedida. Y había una cosa que casi hacia llorar al Ryoukai del presente. La voz de su madre, por fin volvía a recordarla. Era hermosa, suave, como un manto cubriéndole y dándole calor, un calor que no sentía desde hacia mucho tiempo. Y esa sonrisa, como sonreía. Con ese gesto en su rostro recordó las últimas palabras de la mujer.

-Se que saldrás adelante, después de todo… eres un Uchiha. Te quiero, Ryoukai.

Ryoukai estaba en el suelo, con las manos puestas en la cabeza. Tardo varios minutos en ser capaz de levantarse. Lo primero que hizo fue ir al lugar en donde su madre había escondido aquel objeto en su visión. Levanto la tabla con sus manos y encontró en él dos brazaletes, envueltos en unas vendas negras y con un sobre encima de ellos. El sobre decía lo siguiente.

“Esta arma me ayudo mucho durante mi etapa de gennin y posteriormente se convirtió en algo que los enemigos temían mas que a mis ojos. Su nombre es Kireba Mienai, la asesina silenciosa. Úsalas bien, hijo mío”

Consigo traía además un pergamino, en el cual estaba inscrito él como dominar aquella técnica, además de algunas otras que jamás había oído, del elemento fuego casi todo.

-Kireba Mienai…

Ryoukai estaba totalmente confundido. No sabia que estaba pasando, no entendía nada. Suponía que su madre le había aplicado algún tipo de Jutsu para borrarle la memoria y este se deshacía cuando el llegaba al rango de Gennin. Pero realizar un sello de ese nivel… sencillamente ella debía de ser muy poderosa. Además, había mentado algo que le traía mas confusión aun.

-Uchiha… me ha dicho que soy un Uchiha. No lo entiendo ¿A que se refiere?... Mi nombre es Denki Ryoukai, no Uchiha Ryoukai. No pertenezco a ningún otro clan… que yo sepa. Tengo que averiguar acerca de esos Uchiha.

Dicho esto salio otra vez corriendo de su casa, rumbo hacia la biblioteca de la aldea. Tenia que saber que era lo que estaba pasando, se llevo consigo la Kireba Mienai, poniéndose los brazaletes y ocultando estos tras las vendas negras. Ryoukai iba a descubrir su pasado.